Como en toda actividad laboral, hay días que las reuniones, las llamadas, la realización de informes y otras tareas nos traen de cabeza, con lo que los nervios están a flor de piel y surgen enfados por cualquier nimiedad. Esto crea un ambiente laboral tenso y poco agradable. Debemos tratar de controlar nuestro temperamento y ser lo más cordiales posibles.
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